martes, 20 de noviembre de 2012

Capítulo 6: Sorpresa del restaurant.





Caminé hasta la mesa mientras peleaba en mi interior para no llorar, si era un día importante para mi familia. Mi papá se levantó a darme un gran abrazo y susurrarme “Feliz Cumpleaños”, lágrimas empezaron a caer decentemente, llevaba todo un día esperando a que papá me abrazara de esa manera. Luego mi mamá me dio otro abrazo pero me dijo “Te amo, mi niña” y cuando vine a ver qué estaba haciendo mi hermana tenía la cabeza gacha y sus manos cruzadas en sus piernas. Cuando la miré bien, vi que estaba chateando en su móvil. Me dio rabia pero no le di importancia. Mi hermano estaba jugando en su PSP ¡Que raro eso! Me senté y de inmediato me trajeron mi comida preferida, calzone italiano. Lo amo, saben tan…auténticos, tiene un sabor jodidamente único. Luego de que me comí el gigante calzón, me trajeron cuatro porciones de pizza, las cuales también me devoré decentemente. Estaba dichoza por comer, pero quería ver a Marcelo... No sé por qué le había dicho que me había gustado que el recepcionista me hubiera llamado su novia, además, yo ya había dicho que no iba a enredarme en el amor ahora.






-¿A quién buscas?-Me preguntó mamá.






-A nadie-Dije mientras volvía la vista al plato y le regalaba una sonrisa.






-Está buscando a Marcelo-¿Mi hermana puede ser más metida?






-Todo a su tiempo-Dijo mamá dándose aires de suficiencia y luego juntamos nuestras manos para rezar.






–Entonces, ¿Qué haremos?–Les pregunté mientras me limpiaba la boca muy cortes en la mesa–Todos están muy callados, ¿Vamos a casa ya?–Pregunté a esta vez desalentada, quería pasar tiempo con Marcelo. Estábamos en su restaurant.






Comimos mientras ellos charlaban un rato, de a momentos miraba en la dirección en la que había desaparecido Marcelo, pero no habían señales de este ni de su padre. Seguimos hablando cuando las mesas del jardín giraron sus sillas para ver un "Espectáculo" Pensé que ya se había montado la banda de hoy a la tarima, pero no escuché nada.






Todos se giraron a ver y los que estaban en las otras mesas igual. “Embusteros” pensé en un momento, pero luego me vi obligada a girar mi silla y mirar, ya que mi familia también estaba asombrada viendo a lo que yo no podía ver. Giré mi cabeza y me llevé la gran sorpresa de que Marcelo estaba en la tarima. Mis labios se abrieron para formar una "O" y él empezó a hablar.






-Sólo esperaba que tú te giraras sin tener que llamarte-Dijo con su voz seductora mientras me guiñaba un ojo.


>>-Esta es una muestra de lo tanto que vales para mí y lo mucho que te quiero-Mi corazón estaba desbocado, estaba a punto de romper mi blusa. Todas las miradas se posaron en mí y aplaudieron mientras murmuraban un "Oh" lleno de ternura.


>>Marcelo empezó a cantar algo en Italiano, algo compuesto por él mientras tocaba su guitarra. Sus ojos no dejaban los míos y de nuevo, las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas de una forma decente. Ahora en este mundo, para mí, sólo estábamos Marcelo, su guitarra y yo.


>>Como pude me levanté de la silla y caminé en dirección a la tarima. No entendía nada de lo que decía, no sabía italiano. Pero me encantaba. Cuando llegué a la tarima subí las escaleras con cuidado de no tropezarme y apenas estaba segura, corrí a sus brazos e hice que suspendiera su canción. Me recibió y luego susurró en mi oído.


>>-Yo no te quiero, te amo-Sus palabras me sorprendieron. No tenía muy claro por qué me decía eso, nos veíamos 5 días a la semana mientras le ayudaba a cerrar el restaurant y él me enseñaba cualquier plato italiano.


-No sé por qué lo haces-Murmuré mientras me aferraba más a su abrazo. Todo el jardín estalló en aplausos y caí en cuenta de que no estábamos solos. Morí de la pena, estaba dando un espectáculo. Marcelo y yo bajamos de la tarima y la banda empezó a tocar. Era música clásica y relajante.


Caminamos hasta la mesa donde ahora adicional a mi familia estaba el Sr. Perotti. Aún sonrojada y abrazada por Marcelo llegamos a la mesa donde todos nos sonreían de una manera especial.


-Feliz Cumpleaños!-Exclamó el Sr. Perotti mientras me abrazaba.


-Gracias-Respondí mientras le devolvía el abrazo y de nuevo abrazaba a Marcelo, lo que había hecho me tenía completamente marcada.


-Ya Marcelo les dijo que se va en el crucero con Amber?-Preguntó el Sr. Perotti ahora dirigiéndose a mis padres.


-Cómo si él tiene 18 años?-Paula se adelantó a preguntar igual de desconcertada como estaba yo.


-El dinero lo puede todo-Dijo Marcelo, sonriendo.


-Gastaste dinero para estar conmigo-Afirmé mientras deshacia su abrazo y me enfadaba.


-Yo quiero-Respondió encogiéndose de hombros.


-Yo no-Estaba echando humos.


-No me quieres contigo?-Me preguntó horrorizado. Demonios!


-SI! Si te quiero conmigo, pero no quiero que gastes dinero por mí-Me quejé.


-No seas tonta, Amber-Regañó mi mamá-Yo estaría más tranquila al saber que estás con Marcelo-Le di una mirada envenenada. Yo también estaría tranquila, pero NO quiero que gasten dinero en mí.


-El dinero no es importante para mí, no me conoces si crees que te iba a dejar sola en un crucero-Marcelo se sintió ofendido.


-Ni siquiera sabía que tú sabías que yo había escogido el crucero-Chillé. Al parecer hablaba bastante con mi mamá.


-Ya sabes que iré contigo, te guste o no-Volvió a hablar Marcelo, esta vez con su voz de 'No discutiré más'

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