-Papá, mamá ella es ___(tn), ___(tn) ellos son mis padres-Mis
manos empezaron a temblar levemente, la única que lo notaba era Taylor y yo. Me
las puse en la espalda.
-Es un placer conocerlos-Les sonreí.
-El placer es todo mío-Me contestó el Sr.
-Eres hermosa ___(tn), Taylor fue muy afortunado al
encontrarte , siento mucho que hayas tenido que pasar por…
Taylor y su padre le hicieron una cara horrible obligándola a
callarse. Ya lo sabe todo ¡Genial!
-No hay problema, yo también siento mucho haber pasado por
eso Sra. Lautner, tiene una hija hermosa y un hijo también.
-Solo dime Deborah, ese es mi nombre.
¡Qué Sra. Tan dulce!
-Claro Deborah-Le sonreí.
-La comida ya está en la mesa, ¿Vamos a comer?
-Sí, ya tengo hambre-Volvió a hablar Makena.
Deborah y el Sr. Lautner se fueron adelante, yo me quedé allí
petrificada porque por mucho que hablara y que pude llevar una conversación fue
difícil.
-Vamos-Taylor me cogió de la mano y caminamos por el gran
pasillo hasta la sala.
La casa era hermosa, tenía una que otra cosa rústica pero
moderna, grande pero no tanto, era una casa perfecta para una familia. La
comida estuvo deliciosa, no participé mucho en la conversación de ellos, solo
sonreía porque Taylor se veía muy contento y estaba feliz porque su familia era
muy unida.
-Taylor te toca organizar la cocina porque tu mamá cocinó-Le
dijo el Sr. Lautner.
-Claro papá-Le contestó este de vuelta.
-¿Cómo te pareció ___(tn)?
¿Me estaba hablando a mí? No me había dirigido la palabra en
todo el día.
-Delicioso Sr. Lautner, su esposa cocina expectacular y la
receta del puré de papas tiene algo especial. Tiene que contarme el secreto
Sra. Deborah, a mí no me queda tan delicioso-La mamá de Taylor se sonrojó.
-Se la llevaran muy bien ustedes dos, y más hablando de
comida-El Sr. Lautner empezó a reírse.
-Con permiso, le ayudaré a Taylor con los platos-Les dediqué
una sonrisa a los tres.
Iba caminando por el pasillo y escuché algo que no debía
escuchar.
-Makena, cariño ¿Qué te pasas?-Pregunto la Sra. Deborah a su
hija.
-No me gusta, es algo cómica, educada y dulce pero yo quiero
a Selena.
¿Quién coños es Selena? Ya me imaginaba que esos gestos no
eran tan seguros.
-Nunca le das oportunidades a las otras novias de tu hermano
Makena, debes superar a Selena. Ella ya no es novia de tu hermano, pero es tu
amiga ¿Por qué no lo dejas hasta allí? Ahora debes de aceptar que tu cuñada es
esa dulzura que va con tu hermano a ayudarle con los platos-El Sr. Lautner no
hablaba, no lo había escuchado hablar.
Me recosté en la pared y me dejé caer allí. ¿Y si tampoco le
gustaba al Sr. Lautner? Le había dicho a Taylor que no era bueno que yo fuera.
Demás que la tal Selena esa es una famosa.
-Ella es mejor que Selena ¿No ves la forma en que se miran? ¿No
ves lo feliz que es Taylor con ella? Hace tiempo no lo veía de esa manera y
mira que tampoco colocó problema por ir a lavar los platos. Él está feliz así
que nosotros estamos feliz, tú deberías hacer lo mismo querida. Selena es tu
amiga pero bájate de la nube de que volverá con Taylor, eso jamás.
Me sorprendí al escuchar al Sr. Lautner decir esas palabras
¿No querían a la Selena esa? Ya me quitaba un peso de encima, por lo menos solo
no le había gustado a su hermana pero si quería saber quién era Selena y por
qué la hermana de Taylor seguía queriéndola a ella y no aceptaba que su hermano
saliera con alguien más. Caminé hasta la cocina y allí vi a Taylor
lavando los
platos con algo de asco.
-Yo los meto y tú los sacas-Pego un brinquito.
-No te esperaba aquí-Me sonrió.
-Pues aquí estoy, yo los meto y tú los sacas.
-No, yo lo meto y yo lo saco.
-Déjame ayudarte.
-Déjame hacerlo a mí solo.
-Déjame disfrutar de la situación-Empecé a reír por nuestra
pequeña discusión.
-¡TAYLOR! ¿Qué cochinada estás diciendo?-Medio gritó Makena
mientras entraba a la cocina.
-Lavo los platos-Taylor la miró sorprendida.
“Yo lo meto y yo lo saco” me sonrojé por lo que estaría
pensando su hermana.
-¿Qué pensaste?-Le preguntó Taylor mientras yo me le hacía al
lado y le quitaba los platos para lavarlos, no protestó por estar al pendiente
de la respuesta de su hermana.
-Nada, solo, venía a ver cómo te iba. Estaré en el living.
Desapareció de nuevo y Taylor y yo nos quedamos lavando los
platos en silencio.
-¿Quién es Selena?-Le pregunté de pronto.
-¿Makena te dijo algo?-Rodó los ojos.
-No, solo pregunto. Makena no me dijo nada.
¡Que supiera que lo escuché sin querer!
-¿Por qué no aceptas que Makena te lo dijo? Ya me sé ese
cuento de memoria.
-No me lo dijo a mí, se lo dije a tus padres y sin querer lo
escuché-Le escupí la verdad.
-¿Cómo que sin querer?-¿Dudaba de mi buena verdad?
-Sí, venía a ayudarte y cuando solo empecé a recorrer el
pasillo ella empezó a hablar y dijo que prefería a una tal Selena que a mí-Se
me quebró la voz, decir eso me destrozaba- No quería escuchar eso, tengo
curiosidad ¿Me respondes quién es Selena? Es famosa ¿Verdad?, yo no lo soy y de
seguro por eso tu hermana no me quiere. Yo te dije que era mala idea venir
aquí.
-¿También escuchaste lo que le dijeron mis padres?-Asentí
levemente con la cabeza-Entonces ¿De qué te preocupas? Eso
ha sido desde
siempre. Se encariñó mucho con Selena, pero yo no; yo te quiero a ti y ella
debe de aceptarlo. Así ha pasado
con otras pero lo debe de superar.
-Selena es tu ex más reciente ¿Verdad?
-Selena ya está en un libro viejo, empolvado y olvidado para
mí.
-Espera supero y borro de mi mente lo antes dicho-Le pedí y
él rio.
Nos quedamos en silencia hasta que él lo rompió.
-¿Por qué tienes las mejillas rosaditas?-Preguntó mientras acariciaba
un de ellas.
-Solo recuerdo.
-¿Qué recuerdas?
¿Ahora qué mierda le digo? Él no entendió lo que entendió su
hermana.
-El pasado.
-¿Qué pasado?
¡Verga! Qué difícil es hacer que se olvide de algo.
-Pues mi pasado, en el que estas tu metido ¿Se te olvidó?-No
le diría nada.
-Claro-Secó los platos y los ordenó en su puesto-¿Vamos al
living?-Preguntó mientras me acorralaba-Muero por darte un beso.
Y yo que te quiero comer, dije para mi fuero interno.
-Quiero conocer lo que era tu habitación-Le pedí mientras
acariciaba su cabello, él posó sus manos en mi cintura.
-Te la enseño si me das un beso-Se acercó pero no lo dejé.
-¿Uno solo?-Le dije picarona, lo besé.
Fue un beso muy tierno, cargado de mucho cariño y pasión.
Alguien carraspeó a nuestra espalda. Finalizamos el beso y Taylor se giró para
mirar quién era y dejarme ver a mí. Ya no me sorprendía que fuera Makena,
parecía una fiera enjaulada y se veía muy celosa.
-¿Vamos a ver una película?-Preguntó con desdén.
¡Sera un día MUY largo! Nos quedamos en silencio unos minutos
y Makena enarcó una ceja, no sé porque enarqué también la mía pero la deshice
al rato. No me gustaba ser de esa forma con ella, por más mal que le cayera
seguía siendo la hermana de mi novio, lo que indica que es mi cuñada; cuñada que
no me quería como cuñada.
-Primero le mostraré mi habitación a ___(tn) y en cuanto
terminemos nos vemos la película que quieras-La niña salió a regañadientes de
la cocina y Taylor y yo salimos cogidos de la mano escaleras arriba. El pasillo
estaba adornado con fotos enmarcadas de todos. De Taylor de niño, de Makena,
fotos de los padres de Taylor, sonreí al ver fotos de Taylor de niño.
Se veía
tan hermoso.
-Este es mi cuarto-Llamó mi atención mientras abría la
puerta.
-¿Todos esos trofeos y medallas te las ganaste tú?-Le
pregunté mientras miraba la vitrina-Veo que desde niño eres amante al
deporte-Seguí y vi una enorme tv con un Xbox o Wii, en realidad no sé y al lado
habían un millón de películas-También a los video juegos ¿Por qué no he visto
de esto en el depto.?
-Todo está en otro cuarto. Tu solo entras a la cocina, al
baño y al cuarto-Era cierto-Y también al Jacuzzi-¿Cómo olvidarlo?
-Tienes razón, no te lo niego-Me senté en su cama.
Él se me lanzó encima haciendo que cayera en su cama, todo se
convirtió en risas y besos. Luego todo se volvió muy apasionado, empezó a meter
sus manos por debajo de mi blusa y yo por encima de su pantalón acariciaba su
gran miembro. Estaba por soltar un gemido cuando me paralicé.
-Estamos en la casa de tus papás, tu hermana nos está
esperando para vernos una película-Hiperventilaba.
-Tienes razón, vamos-También hiperventilaba. Se organizó el
pantalón y yo reorganicé mi blusa. Por poco y acaba con ella.
Nos miramos al espejo y bajamos bien arreglados. En el living estaba Makena
esperándonos. Vimos la película y Taylor intentó buscarme el lado.
-No amor, es día de pasarla con la familia y tu hermana
necesita de ti, dale, abrázala a ella que lo necesita más que yo-La niña sonrió
satisfecha por lo que dije y Taylor la abrazó sin desobedecerme.
Sabía que decía la verdad. Mientras
empezaba la película se nos unieron el Sr. Lautner y la Sra. Deborah. Vimos la
película en familia y cuando ya estaba oscureciendo decidimos que era mejor
volver a casa.
-Nos vemos luego, cuídense-Dije depositando
un beso en la mejilla y estrechando la mano con el Sr. Lautner.
-Nos vemos luego mami, papá dentro de
poco vengo para que entrenemos y nos divertimos un rato; Makena, pórtate bien y
deja de estar soltando la lengua-¿Por qué mierda abrí la boca?
Aunque nadie me miró ¿Será que
pensaron que fue Taylor el que la escucho? No me importó. Solo me dediqué a caminar
hacia el auto y esperé a que Taylor llegara. Mientras esperaba encontré una
barra enorme de chocolate, mis ojos se volvieron signos de cuadros. Destapé el
chocolate y empecé a comer.
-BUU-Taylor le pegó al vidrio.
-¿Estás loco?-Coloqué mi mano en el
pecho tratando de que mi corazón volviera a su estado habitual.
-Estas tan concentrada en tu
chocolate que no te diste cuenta que desde hace como 3 minutos estoy aquí
parado-Me reí mientras me ruborizaba.
Taylor entró al auto y me dio un beso
en el cabello, empezó a conducir y yo seguía concentrada en mi chocolate.
-¿Quieres un poco? Soy capaz de
compartirlo-Lo miré y el solo se rió mientras asentía con la cabeza.
Le di chocolate, pero de mis labios.
Se sorprendió al sentirlos pero luego se dejó llevar hasta que casi nos
chocamos. Empezamos a reír como locos.
-Por tu culpa casi nos chocamos-Dijo
entre risas.
-Fue tu culpa, porque tú pediste
chocolate-Me defendí.
-Tú me ofreciste-Contraatacó.
-Y tu como buen rogado no te
negaste-Le saqué la lengua.
-No discutiré más, pero lo último que
diré es que quiero más chocolate cuando lleguemos a casa-Sonrió.
-Como ordenes-No me negué.
-¿Ves? Tampoco te haces rogar-Me sacó
la lengua.
-No me hago rogar porque tú no te
haces rogar-Contraataqué.
-No me convences.
-¿Quién cayó primero?-Le pregunté
entre risas.
No me respondió, solo reía.
-¡JA! Ya sabes que gane yo-Le saqué
la lengua-Pero…¿Qué gané?
-Lo que tú quieras-Dijo en tono
picaron.
-¿Lo que yo quiera?-Repetí en
pregunta.
-Si quieres puedo compartir
chocolate.
-Me suena muy interesante la
propuesta-Le dije en el mismo tono que él estaba usando.
Empecé a acariciarle el cuello
apasionadamente y a él se le erizó la piel, sonreí con satisfacción.
Cuando nos bajamos en el parqueadero
lo besé hasta que llegamos al elevador y prácticamente él me llevaba cargada,
yo no sabía por dónde caminaba. Tropezamos unas cuantas veces y comenzamos a
reírnos.
-¿Cómo te pareció el día con mi
familia?-Pregunte entre besos.
-Decente-No encontraba otra palabra.
Empezó a reírse por mi comentario.
-No fue tan malo-Intentó convencerme.
-No, solo no le caigo bien a tu hermana-Se
lo saqué en cara.
-¿Eso tiene importancia?-Preguntó aun
sin soltarme.
-Sí, es tu hermana ¿No?-Le pregunte mientras colocaba
las manos en su pecho.
-Eso se le pasara. Debe de superarlo
y si no ¿Qué más da? Seguiré estando contigo-Me dio un beso en los labios
haciendo
que olvidara que era lo que no me había gustado.
-No lo lograras-Intenté no dejarme
llevar por sus besos.
-¿No crees?-Pregunto mientras me
seguía besando.
Lo intenté pero mi fuerza de voluntad
no ganó. Ya estaba atrapada en sus besos y olvidé hasta que día era.
Me sentía como trabada cuando me
besaba de esa manera, subimos al elevador y marcamos su piso. La pasamos de beso en beso hasta que las puertas del elevador volvieron a abrirse. De ahí
esperé a que abriera la puerta de su depto. y entramos como cualquier otro día.
Él fue directamente al cuarto y yo entre a la cocina.
Mientras rebuscaba donde estaban los
chocolates escuché que se movieron algunas cosas en el cuarto. Encontré los
chocolates y busqué el helado y por obra y gracia del espíritu santo también
llegaron a mis manos la crema chantilly. Esto sería eróticamente delicioso.
Caminé al cuarto y Taylor ya me
estaba esperando medio recostado en la cama así todo sexy como siempre ha sido.
Lo miré detenidamente hasta llegar a su gran miembro, mordí mi labio inferior y
en pocos segundos ya estaba en sus brazos, mientras nos besábamos mordí su
labio y él soltó un gemido de placer. Mientras me seguía besando tiró las cosas
que traía al lado de la cama y rompió mi blusa y también mis shorts. Yo pegué
un leve brinco para enredar mis piernas en su cintura. Besé su cuello y lo
mordí levemente y él dejaba que le saliera uno que otro gemido, para callárselo
lo besé de nuevo y él empezó a caminar a ciegas.
Chocamos contra una pared y sin previo
aviso sentí su mano en mi parte intima, ahora la que gemía era yo. Mientras él
hacia sus buenas maniobras entre mis piernas yo besaba su cuello y no paraba de
gemir. Le di un leve golpecito en su miembro para que me dejara bajar y cuando
lo toqué este ya estaba encendido…MUY encendido.
Quité mis piernas de su cintura y lo
empujé hasta la cama de nuevo, lo obligué a sentarse y me arrodillé para que mi
cabeza quedara a la altura de su enorme miembro. Si él hacía que yo disfrutara
un buen momento ¿Por qué no hacerle sexo oral antes de que empezara la función
en forma?
Le di su buena mamada, creo que es
una de las mejores que he hecho en toda mi vida y lo mejor de todo es que se la
hice al mejor hombre del mundo. Decía que jamás haría eso, pero ¿Quién no lo
hace estando de frente a semejante bulto y de semejante tipazo?
Luego de mis marometas con su miembro
el cual decía que era todo mío, lo hicimos. Me tiró en la cama salvajemente y
mientras buscábamos nuestros labios como locos él metió su miembro en mi parte
intima, gemí de placer más de una vez.
Quería que disfrutáramos los dos así
que me giré para quedar encima de él y tomar el control. Subí y baje algo
rápido y él tocaba mis pechos y gemía, mientras que yo lo acompañaba en los
gemidos.
De nada sirvió haberme quedado en la
cocina buscando las cosas para que fueran deliciosas porque como andábamos de
calenturitos sólo queríamos fuego y pasión, nada de dulce.
A la mañana siguiente me levanté
pegajosa ¿Cómo no estarlo? No fui a bañarme, quería esperar a Taylor. Él seguía
durmiendo como un ángel.
Gatee hasta donde estabas los
chocolates pero no los cogí. Recogí el bote de helado que había caído al suelo
y le eché como la mitad de la crema chantilly, se veía tan delicioso. Volví a
mi puesto y me puse a comer, de algo serviría haberlos traído. Mientras comía
prendí el tv y coloqué MTV, solo veía ese canal en tv, no me gustaba nada más.
Como no estaban dando nada interesante me quedé dormida de nuevo con Taylor a
un lado y el bote de helado al otro.
-Amor tu celular-Sentí que me decían,
pero esa voz la sentía muy lejos-Amor tu celular-Me volvieron a repetir pero yo
no me quería mover-AMOR TU CELULAR-Esta vez me gritaron.
-¡QUE COMA MIERDA EL PUTO CELULAR!
TENGO SUEÑO ¡SE VALE DORMIR!-Le devolví el grito y me tapé con la almohada.
Escuche sus risas y luego como me
quitó la almohada y comenzó a besarme para que me despertara.
-¿Puedo dormir 5 min más?-Le pregunté
mientras me erizaba por sus besos en mi cuello.
-No, tenemos que ir a almorzar con tu
papá y son las 11:30. A las 12:50 deberíamos de estar saliendo de aquí-Me
recordó.
-¡DEMONIOS!-Grité mientras salía de
la cama en una sola carrera. Taylor se rio de mí, algo que ya es muy común y
luego me acompañó en el baño. Mientras él se vestía y organizaba, yo me coloqué
una camisota de él y bajé a mi depto. por ropa. Ya que la anterior había quedado
vuelta añicos.
Me vestí, terminé de organizarme y
salí. Los tortolos no estaban, pero me habían dejado una nota en el
refrigerador diciendo
“A eso de las 3pm estamos en casa de
papá, hoy no almorzaremos con ustedes.
Tenemos algo pendiente. Te queremos.
TODOS”
Me reí por eso y llamé a Taylor.
-Llamada telefónica-
-Amor me dejaron sola ¿Te demoras?
-Estaba a punto de abrir la puerta-Se
rio.
-Ok, hagamos de cuenta que yo no
llamé-Lo acompañé en sus risas y colgué.
-Fin de llamada telefónica-
-¿Nos vamos ya?-Preguntó mientras
calmaba sus risas y dejaba la puerta abierta.
-Espera voy por la carterita y el
cel-Le avisé mientras entraba al cuarto. En realidad iba a tomarme la pequeña
pasta, ayer no nos cuidamos así que hoy si debía hacerlo. De todas maneras
saqué lo que iba a sacar y salimos de allí.
Esperamos el elevador de una manera
muy decente comparado a la de ayer y mientras subíamos al auto de Taylor
recordé que yo no tenía mi auto. Hice un puchero sin saber.
-¿Qué pasa amor?-Preguntó Taylor
mientras me cogía el mentón para que lo mirara a la cara.
-No tengo mi auto-Se me quebró la
voz.
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