-Eran para
ti pero no me dejaste ver cómo te vistes, no hay chocolates-¿Estaba seguro?
-Yo no lo
creo-Le sonreí.
De mi cuarto
salí corriendo hasta el sillón en el que estaba y me lancé en sus piernas y le quité
el chocolate. Él no paraba de reír y yo igual.
-¿Quieres un
beso achocolatado?-Le pregunté mientras me acercaba a él.
No me
importó su respuesta, se lo di. Mamá salió de su cuarto y nos regañó, nos dijo
que era mejor que saliéramos para que mis abuelos no se enojaran. Salimos y
cuando llegamos al parque donde estaban los chicos se asombraron al verme.
-¿Karen?-Preguntó
un chico al cual no recordaba su nombre.
-¿La
misma?-Preguntó Ana María.
-Pues creo
que yo no he cambiado-Me sonrojé por sus comentarios ¿Cómo no hacerlo?
-Estabas muy
perdida parce, ¿Por qué no volviste a
salir?-Me pregunto Alejandro.
-No lo sé,
no me sentía importante para ustedes así que mejor me quedaba en mi casita toda
juiciosita como siempre-Seguía sonrojándome.
-Ya le había
dicho que es una gueva ahí por pensar que no era importante ¿Estoy diciendo
mentiras?-Habló Andrés.
-A mí no me
importa lo que piense o sienta ella-¡Tenía que hablar el care verga este!
-¿Cuándo te
ha importado marica?-Empezó él, seguí yo.
-¿Cuál es la
maricada con vos David?-Lo regañó Samuel, su hermano.
Este no le
contesto.
-Mi amor,
¿Cómo estás?-Me habló Samuel ignorando a David.
-Enamorada
mi vida ¿Y tú?-Debía abrir la boca para que ellos no me coquetearan y ellas no
le coquetearan a Andrés.
-¿De
quién?-Lo interrumpió Elizabeth.
-De
Andrés-Me sonrojé de nuevo y este me abrazó tiernamente.
-¿YA SON
NOVIOS?-Gritó Cristian.
¡Extrañaba
sus gritos!
-Empieza a
hacerte la idea-Le contesté entre risas.
-Se habían
demorado guevones-Esta vez no grito.
-¿Saben?...
-Vos si
hablas así todo raro. Aprenda a hablar paisa mamita que usted es de aquí.
¡Cómo me
emputa que me interrumpan cuando hablo!
-Y a vos que
putas te importa cómo hable? Hablo paisa cuando quiero y cuando no hablo como
siempre he hablado. Si te choca mucho tapate los oídos y listo.
No sabía por
qué me odiaba tanto pero no estaba para sus estupideces.
-¿Saben?
Esperaba que me saludaran de un beso en la mejilla, un abrazo no sé…Pero me
encuentro con que no creen que sea yo y también con peleas-Les hice puchero.
-Ahora estoy
seguro que sos vos-Por primera vez Tomas, el tímido.
-¿Hablaste?-Le
pregunté dramática-Ven y dame un abrazo mejor, no se vale hablar si no me
abrazas-Me acerqué a él y este me dio un gran abrazo, casi me deja sin aire.
Estaba feliz de estar con los chicos.
-Nadie más
me abraza-Puchero-Me iré de aquí.
-¡AMIGUIS!-Gritó
Ana mientras se me tiraba encima, por poco y me caigo.
-¿La amiguis
no deja de hablar tan horriblis?-Todos se rieron por lo que dije.
A veces me
chocaba que hablaran así.
-Eso ya es
de por vida. Aceptémosla, es una niña diferente-Se le burló Elizabeth-¿Cómo
estás Karen?-Se acercó y me dio un beso en la mejilla.
Ella era la
más seria de todas.
-Estable, no
me quejo-Más risas.
-Pana te
extrañé-Me habló Cristian mientras me abrazaba y hacia que diera vueltas en el
aire.
-Yo igual
nene, no sabes cuánto-Le di un beso en el cuello.
-¿Bailamos?-Ni
siquiera espero mi respuesta, se hizo detrás de mí y empezó a mover su cadera
haciendo que yo la moviera al copas de la suya.
-Espera,
espera, espera-Le pedí.
-¿Qué pasó
ya? ¿Me vas a decir que no te gusta bailar?-Su pregunta me daba lástima.
-Me hace
falta música pendejo, no me basta con moverme al copas de tus putas caderas-Se
burlaron de él. Colocaron un buen tema de reggaetón y me lo rayé con Cristian.
Bailaba así todo chimba, ahora si me sentía en casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario