miércoles, 28 de marzo de 2012

Capitulo 5: Sorda en clases.



-Sin discutir y te quedaras con el dinero-Me giro bien para mirarlo a la cara. Parecía un puto muñeco de trapo, me movía para donde quería.

-Ok, pero no me gusta que faltes a clase por mi culpa-Lo miré fijamente a los ojos.

-No me chimbees ahora y entra al colegio-Me dio un beso en la comisura de los labios y me volvió a girar para entrar.
-¿Te parezco un puto muñeco de trapo?-Coloqué los ojos en blanco y no esperé su respuesta. Entré al colegio y era segunda vez que llegaba temprano. Me senté en mi pupitre y luego llego Paula con unas risitas estúpidas.

-¿Qué te paso?-Pregunte incrédula.

-Vi los piquitos que le diste-Qué picarona estaba.

-Y…-Traté que siguiera.

-Es genial, lo conseguiste. Lo tendrás a tus pies, se ven tan lindos juntos, son tal para cual-Tenia sus ojos de corazoncitos.

-No me jodas con eso. Tú culo y tú se ven mejor-Le enseñé mi dedo del medio.

-Grosera-Contraatacó sacándome la lengua.

-Vete a chingar a otra-Empecé a sacar el cuaderno para garabatear.

-¿Vete a qué?-Pregunto confusa.

-A chingar a otra-Repetí como si ella entendiera pero luego cuando coloqué los pies en la jodida tierra me di cuenta que no estaba en Mexico-Corrección, ve a chimbiar a otra-Si, lo acepto estaba jodidamente perdida.

-¿Qué es chingar?-La pobre no había entendido que no quería hablar con nadie.

-Ya no corregí, ¿Eso sigue importando?-Me sentía hasta extraña siendo tan seca con Paula.

-Pero yo quiero saber…Sales con unas cosas que me dejas toda WOW y yo creo que son por tus amigos de Facebook-Se sentía segura de lo que decía pero me gustaba mucho la gente que no era de Colombia, me sentía más identificada con ellos que con los mismo Colombianos.

-Mir apendeja…

-Te encanta tratarlo de pendejo a uno-No me dejó seguir y rodó los ojos.

-No jodas-Le sauqé la lengua-Chingar es como chimbiar aqui ¿Ya entendiste?

-Gracias por ayudarme a mundializarme-Le sonreí, me coloqué los auriculares y me puse a garabatear. Vi que llego Daniel y como no escuchaba bien lo único que leí de sus labios fue “Loca” mientras me daba un beso en la frente y luego en cada una de mis mejillas, me quité los auriculares y hablé.

-¿Cómo estas mi vida?-Traté de sonreír pero me salió la sonrisa más falsa del mundo.

-Ganarías premio por la sonrisa más falsa-Rodó los ojos-Yo estoy bien pero parece que tu no y tampoco quieres hablar así que hoy no molestamos a Karen-Lo último casi lo gritó.

-YO adorarte amor mio-Le hice ojitos y volví a mi mundo de música, llego la profesora de sociales, la cual odio con toda el alma a dar “Clases” me pidió que me sacara los auriculares pero solo me quité uno. Toda la clase se la pasó echándome indirectas y tratándome de emo. ¿Soy emo? Porque mi cabello cubre la mitad de mi cara, porque me delinee los ojos de negro y porque casi todas mis prendas de salir sean algo oscuras no quiere decir que sea emo. Bueno, esa es mi teoría pero para ella es todo lo contrario.

-Soy sorda para ella y no me importa lo que diga-Murmuré por lo bajo para mí. Volví a colocarme los dos auriculares, me escondí bien detrás del nene grande ese y no escuche nada de lo que decía. Escribí lo que tenía que escribir en el cuaderno y el resto de la tarde que nos tocaban proyectos con ella me la pasé en las mismas. Nadie me busco conversación por lo que Daniel había dicho, estaba a punto de amarlo por eso. Cuando faltaban 5 minutos para salir de clases le quité el labial a Paula y me eché un poco, no quería verme tan muerta. Tocaron las campanas y a la salida del colegio me despedí de todos y cuando menos pensé ya estaba dando vueltas, chocó nuestros labios mientras me dejaba de nuevo en el suelo.

-¿Por qué eres más alto que yo?-Dije entre risas.

-Porque tú eres bajita-Sonrió.

-La respuesta era porque la vida es dura. No soy bajita-Me quejé-Mido 1.69-Le saqué la lengua.

-Y yo 1.83 ¿Quién gana?-Dijo meintras se me acercaba más y me tocaba alzar la mirada para verlo, alce una ceja y me empiné pero tampoco logré llegar a su altura. Rió por lo bajo.

-¿Qué comiste?-Pregunto mientras emprendíamos camino a casa.

-Nada-Susurré. Sabía que se iba a emputar.

-¿Para qué te di el puto dinero?-Casi me grito.

-Oye, oye, oye. A gritarle a otra, no estoy para que me grites ¿Crees que me hacen falta? No te pases de baboso-Me enojé y empecé a caminar más rápido.

-Mor, espera-Escuché que dijo Andrés pero me tenía irritada por haberme gritado-No era mi intención gritarte pero ¿Cómo no vas a comer? Marica, ¿Te quiere morir y dejarme solo?

-Qué más quisiera yo-Murmuré por lo bajo pero él escuchó.

¿Qué?-Paro en seco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario