—No
sé que hacer y tu ‘Bonito’ no me está ayudando mucho—Me quejé.
—¡Escoge!
—Exclamó ya cansado y yo me reí.
Terminé
por llevarme el porsche. Los otros nos habían buscado por todo el centro
comercial y por lo que nos contó Carla, ella fue la que dio la idea de donde
creía encontrarnos.
En el
camino no hablé, Taylor preguntaba por mi silencio y yo sólo le decía que
quería pensar. Llegamos a casa de papá y cenamos, todos reían y contaban cosas.
También mostraba ir risas. Pero la verdad, sólo quería hacer... nada. Tenía sentimientos
extraños, como si por un momento me hubiera cansado de todo lo que estaba
pasando, de tener un amor tan perfecto como el de Taylor. Me sentía como si no
lo mereciera.
—Saldré
a tomar un poco de aire—Les avisé.
—Te
acompaño—Dijo Taylor incorporándose y llegando a mi lado.
—Prefiero
que te quedes—Le dije al oído—Quiero estar solita—Le di un beso corto y pues
eso lo relajó. Llevaba rato diciéndome que me sentía tensa.
—Vuelvo
enseguida—No quería que nadie me acompañara. Me sentía absolutamente extraña y
con deseos que jamás había pensado pasarían por mi mente.
Caminé
hasta encontrar la primera tienda, entré y compré un paquete de cigarros con
una cerveza helada. Todo eso lo metí en una bolsa negra y de ahí caminé hasta
un prado bien desierto donde nadie me reconociera y donde le fuera imposible a
los paparazzi llegar.
Cuando
pude llegar a un lugar así, me senté en el suelo y prendí el cigarro, no sé
como lo hice, nunca lo había hecho. Pero me sentía una experta, me dejé llevar
por el humo, relajarme y poder poner mi mente en claro. Tener realmente claro
que es lo que quiero ahora y como, faltan solo un par de mese para cumplir 18.
Ya se
acerca navidad y mi cumpleaños, seré mayor de edad y terminaré la preparatoria,
por fin tendré una libertad completa y podré vivir con Taylor. ¿Es eso lo que
quiero? ¿Vivir con Taylor? ¿Dónde está la universidad? ¿Dónde están mis ganas
de salir adelante?
De repente
siento una luz algo cegadora proveniente de un arbusto. Me giro y voto el humo,
me atraganto al ver que era un paparazzi y luego fueron apareciendo más, salí
disparada esquivándolos y pasé la calle sin mirar, estaba desesperada. No podían
publicar lo que me había visto haciendo. Pasé otra calle sin ver y un camión me
voló lejos.
—Te amo,
Taylor—Fue lo último que susurré cuando sentí que iba a morir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario