domingo, 30 de septiembre de 2012

Capítulo 18: Cosas extrañas.


—No sé que hacer y tu ‘Bonito’ no me está ayudando mucho—Me quejé.

—¡Escoge! —Exclamó ya cansado y yo me reí.

Terminé por llevarme el porsche. Los otros nos habían buscado por todo el centro comercial y por lo que nos contó Carla, ella fue la que dio la idea de donde creía encontrarnos.

En el camino no hablé, Taylor preguntaba por mi silencio y yo sólo le decía que quería pensar. Llegamos a casa de papá y cenamos, todos reían y contaban cosas. También mostraba ir risas. Pero la verdad, sólo quería hacer... nada. Tenía sentimientos extraños, como si por un momento me hubiera cansado de todo lo que estaba pasando, de tener un amor tan perfecto como el de Taylor. Me sentía como si no lo mereciera.

—Saldré a tomar un poco de aire—Les avisé.

—Te acompaño—Dijo Taylor incorporándose y llegando a mi lado.

—Prefiero que te quedes—Le dije al oído—Quiero estar solita—Le di un beso corto y pues eso lo relajó. Llevaba rato diciéndome que me sentía tensa.

—Vuelvo enseguida—No quería que nadie me acompañara. Me sentía absolutamente extraña y con deseos que jamás había pensado pasarían por mi mente.

Caminé hasta encontrar la primera tienda, entré y compré un paquete de cigarros con una cerveza helada. Todo eso lo metí en una bolsa negra y de ahí caminé hasta un prado bien desierto donde nadie me reconociera y donde le fuera imposible a los paparazzi llegar.

Cuando pude llegar a un lugar así, me senté en el suelo y prendí el cigarro, no sé como lo hice, nunca lo había hecho. Pero me sentía una experta, me dejé llevar por el humo, relajarme y poder poner mi mente en claro. Tener realmente claro que es lo que quiero ahora y como, faltan solo un par de mese para cumplir 18.
Ya se acerca navidad y mi cumpleaños, seré mayor de edad y terminaré la preparatoria, por fin tendré una libertad completa y podré vivir con Taylor. ¿Es eso lo que quiero? ¿Vivir con Taylor? ¿Dónde está la universidad? ¿Dónde están mis ganas de salir adelante?

De repente siento una luz algo cegadora proveniente de un arbusto. Me giro y voto el humo, me atraganto al ver que era un paparazzi y luego fueron apareciendo más, salí disparada esquivándolos y pasé la calle sin mirar, estaba desesperada. No podían publicar lo que me había visto haciendo. Pasé otra calle sin ver y un camión me voló lejos.

—Te amo, Taylor—Fue lo último que susurré cuando sentí que iba a morir.

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