Lloré como nunca esa noche, nada paraba mi llanto. No podía
llamar, no podía enviar sms, no podía enviar email’s,…Mejor dicho, por poco y
me dicen que tampoco puedo hacer mis necesidades.
Mi noche fue la peor noche de mi vida, no lograba conciliar
el sueño, no para de llorar, cuando no lloraba estaba sollozando.
Mi día en la mañana no fue nada bueno, mamá seguía enojada,
papá estaba que no cabía en su ropa de rabia y a Teresa le habían ordenado no
hablarme, a la pobre se le salieron unas lágrimas al verme desvanecer.
Cuando iba a la U tenía a mi madre como un policía a mi
espalda, no dejaba que se me acercara nadie. Me hizo pasar el mayor ridículo de
mi vida. Llegó Bonnie y cuando iba a saludarme mi madre casi le da una
bofetada, alcancé a rozarle la mano y seguir llorando. Cada que salía de una
clase mi mamá estaba esperándome en la puerta.
Así pasaron días, semanas y nada que podía hablar con Bonnie
y con nadie, a no ser que llevaran al gran pendejo de Alex a la casa.
-Te daremos una opción hoy-Avisó papá mientras me llevaba a
su cuarto, donde mamá se estaba organizando.
-¿Me dejaran libre ya? ¿Me aceptaran? ¿Me entenderán?-Ojalá
a todas las preguntas que estaba haciendo respondieran con un “si” así fuera un
“SI” con desgana.
-Ya no tendrás policía detrás de ti-Dijo papá mientras se
colocaba su chaleco.
-¡Por fin!-Casi grité de alegría.
-Pero tiene una condición-Siempre mamá cegándola.
-¿Cuál?-Pregunté intentando hacer lo que fuera para que me
dejaran hablar con Bonnie.
-Si no estás conmigo SIEMPRE-Recalcó la palabra-Estarás con
Alex.
-¿Qué?
-Como lo escuchaste-Contestó mi padre.
-¡Por favor! NO LO QUIERO A ÉL EN MI VIDA-Les grité-Abuso de
mí y ustedes lo siguen trayendo aquí. ¿No me quieren? Acabaran con mi vida en
el momento menos inesperado…-Se me quebró la voz hasta el punto en el que no
podía ni articular una palabra.
Salí corriendo de allí e hice lo primero que se me vino a la
mente, me encerré en el baño de afuera y tomarme una sobredosis.
Lo peor de todo fue que pensé que no funcionaria, pero si
funcionó. En segundos todo se volvió completamente negro, perdí el equilibrio,
me pegué con algo en la cabeza y quedé inconsciente.
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