-Fin de
llamada telefónica-
-Yo
también-Me respondí decepcionada.
-¿Te pondrás
así porque no te respondió?-Me sacó de mis pensamientos Andrés.
-Eso
duele-Le hice puchero.
-A ti te
duele, ¿Vamos?
Camine con
desgana.
-Te quiero
¿Ves? Ya te respondí por ella, dame una hermosa sonrisa-Me pidió, sin querer le
sonreí.
Empezó a
brisar algo fuerte para mi agrado y era algo que indicaba que iba a llover, no
lo confirmé hasta que una gota cayó en mi brazo.
-Va a
llover-Me quejé.
-Solo falta
una cuadra, perezosa-Me regañó.
-Gracias-Contesté
incrédula.
-Pero así te
amo-Sonreí involuntariamente al escuchar esas palabras.
Para hacerme
sonreír era el mejor, me encantaba eso. Lo besé y seguimos una cuadra más de mi
casa para llegar a la suya. Cuando
entramos todo estaba apagado. Su madre no era como la mía que se quedaba hasta
más de las 23:00 fuera de la cama y en un computador. Pero aun así amaba a su
madre.
Subimos las
escaleras y al llegar a su habitación vi que nada había cambiado. Bueno… si
había cambiado, su cama era matrimonial, tenía más consolas y otros juegos
nuevos, dos pilas más de películas de Play y también había cambiado su tv.
-¿Hace
cuánto no vengo aquí?-Pregunté involuntariamente en voz alta.
-¿Quiere que
le cuente?-Dijo mientras colocaba las llaves en el escritorio que estaba al
lado de la puerta.
-Yo no lo
recuerdo-Dije mientras caminaba por el lado de sus trofeos de futbol y los
tocaba con la yema del dedo.
Siempre
había sido muy aficionado al futbol desde muy pequeño…El futbol a mí no me
gusta pero me lo aguanto. Cuando terminé de recorrer todos aquellos trofeos me
senté en la cama y vi que él desde hace mucho rato me estaba viendo.
-Desde hace
3 años no vienes aquí-´Respondió a mi pregunta sin quitarme la mirada de encima
y caminando en mi dirección.
-¡Vaya!-Suspiré-Eso
es mucho tiempo.
-Demasiado-Replicó.
-¿A qué hora
nos dormiremos?-Pregunté de repente mientras bostezaba-.Tengo sueño y mañana
tengo que ir a la academia, si sabe…
Empezó a
sonreír tiernamente.
-Extrañaba
esa expresión-Acarició mi rostro y se fue directo a su closet. Me empecé a
quitar los converses y él me lanzó mi pijama.
-Amor creo
que eso ya no me sirve…-Dije cortante y reprimiendo una risa por lo que me
había entregado.
-¿Creciste
tanto?-Preguntó confuso.
-Yo creo que
si…
-En tal caso
debes de traer otro pijama para guardártela aquí-Se rió.
-Tocará-Lo
acompañé un rato en su risa.
-Entonces
ponte una camisa mía con la pantaloneta ¿Te parece?-Preguntó antes de
lanzármela.
-Perfecto-Le
di una sonrisa. Me la lanzó y se encerró en el baño para poder darme intimidad.
Me cambié
rápidamente y quité la colcha para acostarme y taparme con esta. Él salió del
baño ya en su pantaloneta y con el pecho descubierto. Era musculoso y fuerte,
pero siempre tenía su matiz de desgravado que lo hacía ver definitivamente
hermoso.
-¿Lista para
dormir?-Preguntó mientras se burlaba de mi boca abierta.
-¿Estaría
lista para dormir cuando me ayudes a recoger la baba que acabo de regar?-Se rió
avergonzado por mi cometario y se ruborizó un poco.
-Gracias…Supongo.
Se metió en
la cama y me abrazó, me acurruqué en su regazo.
-Extrañaba
tu calor-Suspiro, ahora la que se ruborizaba era yo.
-Yo también,
pero ya estoy aquí y no precisamente como una amiga-Me ruboricé aún más.
-Estas aquí
como la mujer de mi vida-Levantó mi mentón y me besó.
-Que
descanses mi vida y también sueña conmigo-Le piqué un ojo.
-Lo mismo
digo yo-Me sonrió.
Volví a
acurrucarme en su regazó y aspiraba su delicioso aroma. Sonreí por el hecho de estar allí con
él. Mientras dejaba que mi mente vagara grabándose cada parte de su hermoso
cuerpo y el aroma de su aliento me quedé dormida.
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